Si pensabas que cuidar una casa era cosa de niños, Scary Nightmare Clap Clap está aquí para darte un buen susto (literalmente). En este indie corto, te enfundas el papel de un cuidador que, al principio, cree que solo va a echar un vistazo al vecindario y listo. Spoiler: no es así. La casa tiene más rollo paranormal que una sesión de espiritismo con playlist de terror incluida.
La movilidad es tan básica como usar las teclas W, A, S y D para moverte por cada rincón. Fácil, ¿verdad? Pero espera, presiona K para ejecutar acciones, y aquí la cosa se complica: interactuar con objetos no es solo agarrar llaves o encender la luz. A veces sientes que estás descifrando un acertijo creado por un fanático de los acertijos… o de las películas de miedo malas, porque, vamos, hay momentos que dan ganas de gritar… o correr tan rápido que el teclado implore piedad.
Puedes pensar que eres el típico cuidador aburrido, pero luego llegan esos momentos donde la atmósfera se siente tan opresiva que hasta el gato del barrio estaría temblando bajo la cama. Las mecánicas de interacción con el entorno están hechas para que cada “clic” te cause un mini infarto: ¿abrir esa puerta? Tal vez se active algo... ¿encender la luz? Spoiler: quizás ni eso ayude mucho. Intenté hacer todo con calma, y acabé con un desastre digno de MasterChef, solo que aquí la receta es: “añade susto, un poco de confusión y remata con un poco de paranoia”.
¿Quién hubiera pensado que controlar movimientos tan básicos podría ser tan tenso? La combinación de controles sencillos con esa atmósfera pegajosa te envuelve, y de repente estás agarrando el teclado más fuerte que si fuera un salvavidas. Clap Clap no es solo un nombre, es una especie de mantra para esos momentos en los que todo parece esperar a que hagas el movimiento equivocado.