Prepárate para sumergirte en Resident Evil Tariff War, donde el caos global no viene solo con políticos peleando, sino con monstruos que literalmente salieron de una pesadilla mal escrita. Aquí no solo estás de paseo: encarnas a un exagente de operaciones especiales metido hasta el cuello en territorio enemigo, intentando rescatar al presidente secuestrado (porque, claro, ¿quién no ha tenido ese día?).
El juego te mete en un oscuro laberinto de pasillos infectados que ya quisieran para sí los mejores escape rooms. Si pensabas que resolver puzzles era para nerds, espera a encontrar acertijos que podrían hacer que hasta Einstein se rinda. Y sí, cada esquina puede ser el escenario de encuentro con esas horribles y retorcidas criaturas bioingenierizadas que claramente necesitan un nerf.
El sistema de combate en tercera persona no se anda con tonterías: aquí cada bala tiene precio (literalmente), así que tendrás que apuntar con la precisión de un cirujano, no de un jugador casual apretando botones como si fuera una piñata. La tensión está al máximo porque un disparo erróneo puede ser tu último GG.
Por si fuera poco, la gestión de recursos es un juego aparte. Recoger munición y suministros por esos pasillos es como buscar tu mando perdido debajo del sofá: fácil de decir, complicado de hacer, y siempre mejor ir con cuidado. Inventario limitado significa que tendrás que decidir si llevas una pistola extra o ese botiquín que podría salvarte la vida spoiler: va a doler elegir.
¿La mejor parte? El suspenso de descubrir poco a poco la oscura verdad detrás de esta guerra tarifaria mientras luchas para salvar al líder del mundo libre. Vamos, que no es solo apretar gatillos, sino también armar el puzle que hará que todo cobre sentido (o te deje con más preguntas y un fondo musical dramático). En resumen, Resident Evil Tariff War es un cóctel perfecto de acción, estrategia y terror. Ve preparando nervios y gatillo, porque la misión acaba de comenzar.