¿Has probado alguna vez eso de teletransportarte de un momento a otro como si tuvieras superpoderes? Pues Portal: The Flash Version te da exactamente esa sensación, pero en plan 2D, con gráficos simples que parecen sacados de una de esas tardes eternas frente al ordenador aburrido en clase, y una jugabilidad que engancha más que las maratones de tus streamers favoritos. Básicamente, aquí tienes la icónica Portal Gun (que a mí me pareció el arma definitiva para los gamers creativos) y debes usarla para atravesar una serie de cámaras de pruebas que te harán pensar, correr y, sí, a veces tirar el teclado con ganas. Es como Valve se coló en una montaña rusa de lógica y física, pero en versión lateral y sin salir de Flash.
Al principio pensaba que, total, sería un “Portal” barato, ideal para matar tiempo y poco más, pero tío, qué error más grande. El juego te obliga a usar la cabeza, mover la cámara (o sea, tu cursor con el ratón), y alternar entre disparar portales azules y naranjas para ir y venir estilo puzzle de feria. Los controles son tan intuitivos que se siente como si tuvieras todo el talento del mundo, aunque en realidad solo estés probando y probando hasta que algo funciona (soy muy de la táctica ensayo-error, no me juzgues). Y ojo, que la física juega un papel tremendo: si no pillas cómo usar el momentum, te estamparás más que yo contra las paredes en Dark Souls.
Mención especial para esos toques de los láseres, torretas y demás trampas que hacen que no sea solo un paseo por el parque. Sobre todo la parte de manipular cubos (sí, los famosos cubos) para activar botones me recordó a cuando intentas armar un mueble de Ikea y terminas con piezas de más o menos. Visualmente, el juego conserva esa estética limpia y fría, que te hace sentir en un laboratorio siniestro —perfecto para los amantes de historias con un poquito de misterio y conspiraciones—, y la música, aunque sencilla, hace el trabajo de mantenerte siempre en tensión (el suspenso era real).
En general, Portal: The Flash Version es un juegazo para quien le guste darle al coco y disfrutar de puzzles sin complicarse la vida con gráficos que te hagan llorar el ojo. ¿Lo mejor? Que puedes jugar solo o picarte con amigos para ver quién es más rápido escapando de esta locura de pruebas. Sinceramente, me recordó a esos momentos épicos del gaming, cuando PotatoPC y yo nos pusimos a resolverlo en coop y casi nos da un infarto juntos. Si te gusta la mezcla de ingenio, física y buena dosis de riesgo, no sé por qué no tienes ya el marcador abierto para jugarlo. Así que, ya sabes, prepárate porque aquí la adrenalina y la cabeza estarán a tope, y si me permites un consejo: no subestimes un cubo, no vaya a ser que acabe aplastándote el récord de puntos…