Vale, imagina que eres un vagabundo (sí, un sin techo), pero no cualquiera, sino nuestro buen amigo Hobo, que después de repartir mamporros por doquier, termina en el mismísimo infierno. Así empieza esa locura llamada Hobo 7, un beat 'em up clásico donde literalmente repartes tortazos a diestro y siniestro contra hordas de enemigos con un ritmo frenético que te pondrá los dedos a prueba. ¿Listo para derretir teclas y hacer combos más raros que las excusas de un streamer en directo?
Al principio, pensaba que esto sería otro juego de peleas más (ya sabes, tipo Streets of Rage o Double Dragon), pero te juro que la pinta de nuestro protagonista, un homeless que se las arregla para liarla en el infierno, me tuvo enganchado. La historia, por absurda que parezca, es pura comedia oscura con un humor tan negro que ni el mismísimo Satanás quisiera leer las bromas en Twitter. Y sí, peleas contra demonios, criaturas del averno y hasta el mismísimo luciferito que me hizo sentir un escalofrío raro (o tal vez porque llevaba todo el día con el aire acondicionado a tope, ¿creo que era así?).
Los controles son más sencillos que explicar el meme del no me esperabas aquí, ¿verdad?: te mueves con las flechas del teclado y atacas con las teclas A y S. Pero ojo, que no te confundas, que combinando bien estas habilidades (y desbloqueando movimientos bizarros muy a lo ¿en serio viste eso?) hasta puedes hacer combos que te sacan una sonrisa entre tanta carnicería. La progresión es simple, pero efectiva. Básicamente, vas mejorando tus golpes para limpiar la pantalla de enemigos antes de que te frían a palos.
Lo que más me sorprendió fue la atmósfera del juego: un infierno muy loco, con peleas a ritmo trepidante y humor de esos que no sabes si reír o apagar la consola (spoiler: elegí reír). En general, Hobo 7 no es para los que buscan un guion profundo o gráficos que brillen más que un tráiler de Cyberpunk. Aquí vas a encontrar acción directa, caos desenfrenado y momentos WTF que solo este vagabundo podía crear.
Probé a jugarlo con un colega y entre risas, fallos épicos y más de un ¿cómo no me mató eso?, descubrimos que, aunque la cosa está un poco loca, es justo lo que necesitas cuando quieres desconectar y desatar adrenalina con un toque de humor negro. En serio, si te van los juegos irreverentes y con garra, este es el cierre perfecto para las andanzas de nuestro querido Hobo en el inframundo. ¿Preparado para repartir mamporros en el averno? Pues dale gas, que la fiesta acaba de empezar...