¿Listo para una montaña rusa visual que pone a prueba tus reflejos más rápido que un café cargado en lunes por la mañana? Tunnel Road es ese arcade frenético que te grita “¡no parpadees!” mientras avanzas por un túnel que parece sacado de un sueño psicodélico... o de un videojuego de los 80 con turbo. Aquí, la misión es simple pero traicionera: esquiva obstáculos a toda velocidad y cubre la mayor distancia posible sin acabar estampado contra la pared digital. Fácil, ¿verdad? Spoiler: no tanto.
El sistema de control es tan intuitivo como efectivo. En modo jugador único, mover a tu personaje a la derecha o izquierda es cuestión de apretar “A” o “D” (o simplemente las flechas). Para los duetos caóticos que quieran demostrar quién tiene los dedos más ágiles, el modo doble usa las flechas para el segundo jugador, convirtiendo la pantalla en una especie de pista de baile con toques de “quién pisa a quién primero”. En móviles, todo es un toque aquí y allá, pero cuidado: el túnel no perdona ni a los que creen que pueden multitaskear mientras avanzan. (Créeme, traté de tomar un café y jugar al mismo tiempo... terminé con el celular casi volando por la ventana.)
El verdadero fuego está en cómo el juego acelera y cambia el ritmo (sí, ese llamado tempo dinámico que te hace sentir que tu cerebro y dedos están en una maratón de 100 metros lisos). Cada obstáculo esquivado con éxito (o casi) es un pequeño logro, hasta que de repente... bueno, ese último giro no fue lo que esperaba. Y ahí está la gracia: cuanto más avanzas, más cuesta mantener los ojos pegados a la pantalla sin que te salten las pulsaciones. ¿A quién no le gusta un poco de estrés sano, de esos que te hacen poner en modo “modo dios” aunque probablemente termines clavando la pantalla con la mirada? En resumen, Tunnel Road es la prueba definitiva para tu coordinación mano-ojo; si creías que navegar por la vida rápida era complicado, intenta esquivar un mundo que se mueve más rápido que tu conexión Wi-Fi cuando más la necesitas.