¿Alguna vez pensaste que convertirte en un pastel simpático podría ser tu destino? Pues en Mr Tart eso es justo lo que pasa, y créeme, es tan dulce como suena… pero con menos azúcar y más saltos frenéticos. Aquí controlas a este adorable bizcocho que vive la vida tranquila hasta que un malvado fruto (sí, un fruto con actitud adversa) decide que quiere dominar la repostería entera. Spoiler: no dejarás que eso pase.
La mecánica de plataformas en Mr Tart es tan clásica que te hace sentir como si hubieras echado la vista atrás al VHS de cuando éramos peques, pero con un desafío que ni tu primo experto en videojuegos puede tomar a la ligera. Saltar, esquivar y recolectar monedas son tus armas, o mejor dicho, tus pasos para avanzar. Y ojo, que las monedas no están simplemente para decorar el camino; atraparlas es casi como coleccionar stickers raros, te hace sentir importante y un poco más poderoso, aunque sea solo un poco… jajaja.
Ahora, prepárate para lidiar con esas trampas y enemigos que no son cualquier cosa: cada nivel se pone más retador, con obstáculos que parecen diseñados por alguien que odia la calma. Y créeme, cuando crees que dominas el truco, llega un jefe que te hace preguntarte si el juego se volvió de repente una audición para Ninja Warrior. Esa curva de dificultad no solo es real, sino que está perfectamente afinada para que tus reflejos se pongan a prueba. ¿Mi consejo? Cuidado con el llamado “maldito salto” que a mí me sacó algún que otro grito (seguro mis vecinos creen que empecé una campaña contra la puerta).
Y no nos olvidemos del toque de exploración: hay objetos ocultos aquí y allá, que a veces son más difíciles de encontrar que un WiFi decente en las vacaciones. Pero cuando das con uno, la satisfacción es de esas que hacen que sientas que has desbloqueado algo épico, aunque sea un simple bonus. ¿Listo para que Mr Tart conquiste esta pesadilla frutal y devuelva la paz al reino de los pasteles? Vamos, que esta aventura te va a dejar una sonrisa (y quizás alguna que otra llave rota por frustración, pero shhh).