Si estás buscando un juego que combine el caos de una montaña rusa con dosis dignas de un maratón de memes de gatos, Happy Wheels es tu boleto de ida para el desastre... y la risa desconcertante. Creado por Jim Bonacci, este juegazo es básicamente un platformer donde la física ragdoll no solo se siente, sino que te pega con toda su gracia oscura y un humor negro que a ratos te hace cuestionar si reír o llorar (spoiler: terminas haciendo ambas cosas, y rápido).
Al principio, pensé que era otro juego de plataformas cualquier, pero no. La cosa se puso seria cuando probé el nivel con el tipo en Segway y su hijo en bicicleta (¡sí, un dúo dinámico con más accidentes que una película de acción barata!). Cada personaje viene con su propio vehículo y habilidades — desde un papá protector hasta un empresario en plan de escape— y el reto es simple, aunque letal: llegar al final sin que los pinchos te hagan una obra de arte abstracta, o que las bolas de demolición te conviertan en pulpa. ¿Mencioné que es casi como esquivar las broncas del día a día, pero con más gore y menos café?
Los controles son facilísimos, al menos al principio. Te mueves con las flechas, y con los botones como espacio o shift haces cosas como saltar o salir disparado del vehículo (que por cierto, es cuando realmente empieza la diversión absurda). La física loca y el control imposible de algunos personajes hacen que cada intento sea como un episodio de tu serie favorita: imprevisible, intenso, y con esa adrenalina de ¿me mataré otra vez hoy?
Lo más loco de Happy Wheels es su editor de niveles, que pone en tus manos la posibilidad de crear auténticas pesadillas o retos imposibles — o, si eres de esos, niveles que son pura improvisación sin sentido. Esto hace que el juego sea tan infinito como los memes en Twitter, y que siempre tengas algo nuevo que probar (aunque odies intentarlo 50 veces).
Yo recuerdo una partida en la que logré pasar un nivel después de mil caídas, y sentí un subidón que ni la última temporada de “Stranger Things” (¿ya la vieron? Es otra montaña rusa...). En fin, si te gustan las risas mezcladas con frustración, combo explosivo de física, y personajes tan raros que parecen salidos de un sketch de “El Chavo”, Happy Wheels es básicamente tu nuevo vicio. En serio, una joyita para los que disfrutan el trial and error con estilo — y un poquito de sangre virtual, claro. ¿Listo para intentarlo? Porque vaya que cuesta no morir... y reír al mismo tiempo.