¿Quién iba a pensar que un cocodrilo famoso por su amor al agua terminaría convertido en cazador de patitos de goma? Pues Swampy está de vuelta, pero olvídate de buscar su bañera, ¡ahora la misión es otra! En This is my duck?, te conviertes en su apuntador oficial, lanzando bombas de agua para dar en el blanco y atrapar a todas esas escurridizas patitos en cada nivel. Suena sencillo, ¿no? Pues no tanto, porque las bombas no son infinitas y desperdiciarlas es el camino rápido al fracaso. ¿Preparado para demostrar que tienes puntería de francotirador de feria?
La mecánica gira alrededor de esa impecable física de lanzamiento que te permite ajustar tanto el ángulo como la fuerza de cada bomba. Imagínate que estás jugando a la petanca, pero con mucho más en juego y menos margen para equivocarte. Un disparo mal calculado y adiós patitos; uno bueno, y te vuelves el héroe del baño. Personalmente, intenté dominar el sistema y terminé con más salpicaduras que capturas, así que ojo con la curva de aprendizaje porque no es solo apretar el botón y rezar.
Una cosa curiosa es ese eterno tic-tac que llevas con las bombas limitadas, como si estuvieras contando los últimos fichines en una partida de arcade. La presión de no desperdiciar ni una te hace sentir como James Bond, pero con una pistola de agua en vez de gadgets futuristas. ¿Ya habías probado a calcular la trayectoria mientras sortear obstáculos? Pues prepárate para momentos épicos donde te sientes genio o simplemente el meme de “¿en serio, quién probó esto?” porque un disparo fuera te deja mirando la pantalla, preguntándote cómo carambolas fallaste.
En resumen: si te va la mezcla de estrategia, buen timing y un poquito de frustración cómica, Swampy y su cacería de patitos puede ser tu próxima adicción. Eso sí, ten a mano el botón de reiniciar porque spoiler, vas a usarlo mucho. Así que, ¿listo para domar la fuerza y el ángulo y devolver a Swampy a su trono de baño? Ya sabes, ¡a ponerle puntería que estas patitos no se atrapan solas!