Si alguna vez quisiste sentirte como ese gigante que arrasa con todo a su paso (sin sanciones legales, claro), pues Rompe Muros Titán es tu boleto directo al club de los destruye-fortalezas profesionales. Aquí eres un titán, sí, pero no cualquier bruto; tienes que usar más cabeza que puño para abrirte paso entre murallas que parecen diseñadas por arquitectos con ganas de hacerte la vida imposible. ¿Estrategia y músculo? Check y check.
La mecánica principal gira alrededor de manejar tu colosal poder para derribar esos muros gigantescos, escondidos detrás de pasillos tortuosos y trampas que te harán sudar más que en un maratón de streaming. Olvídate de darle solo golpes, que aquí la gracia está en planear cada movimiento: soltar habilidades demoledoras en el momento exacto (porque si lo haces muy pronto o muy tarde, bueno… GG, vuelve a intentar). Me puse a probar las primeras fases y casi termino sentado preguntándome si había un tutorial para domar al titán que llevo dentro.
Además, la variedad de niveles te pone frente a adversarios que no solo te lanzan paredes, sino también jugadas mentales; la mezcla de fuerza bruta y pensar en qué orden ejecutar tus ataques le da un toque casi de ajedrez, pero con menos piezas y más explosiones. Y hablando de piezas, maniobrar entre las defensas y decidir cuándo usar qué habilidad (¿Buffear este golpe o nerfear esa zona?) genera más tensión que elegir qué serie maratonear el fin de semana.
¿Sabes ese momento en que crees que la muralla del nivel es invencible? Pues prepárate para esa satisfacción que se siente después de ese último golpe perfecto que la hace caer en cámara lenta. Es como quitarle el último ladrillo a tu excusa para no hacer la tarea. En resumen, si quieres combinar un poco de rompecosas con estrategia sin que tu cerebro explote, y encima reírte (porque sí, hay momentos ridículamente épicos), este juego es como ese compañero de batalla que siempre querías.