¡Bueno, bueno, bueno, prepárate porque Rollance Going Balls no es cualquier plataforma aburrida donde solo saltas como loco sin sentido! Aquí controlas una bola que más que rodar, parece tener vida propia (y a veces un poco de mala leche). Es un juego casual pero con un toque de adrenalina que te hará cuestionarte si tus reflejos están de vacaciones o realmente aprendiste algo jugando Fortnite.
Desde el primer momento, cada salto y giro es un espectáculo de suerte y habilidad — o mejor dicho, un Rollance total, como si fueras el protagonista de un show donde el equilibrio es el rey y las caídas, pues, la comedia del día. Me acuerdo que la primera vez casi me da un ataque cuando, sin querer, una de esas famosas mazas móviles (sí, esos martillos que parecen sacados de un circo de pesadilla) me dio en toda la cara virtual. Sentí un escalofrío, como si mi alma gamer estuviera de verdad en peligro. ¿Por qué estos martillos hasta en los sueños?
La cosa es que los diseñadores se esmeraron con plataformas bien curradas y colores alegres que te hacen sentir que rodar por ahí es como surfear en arcoiris, pero sin perder el toque hardcore (?), porque no es solo brincar sin ton ni son. Aquí el timing es dios. Además, si eres de los que se animan, puedes jugar local o online y retar a tus panas para ver quién domina este caos de pelotas y plataformas. ¿PvP en bolas? Sí, por favor. Sinceramente, un vicio inesperado.
Al principio pensaba que iba a ser otro juego para pasar el rato sin más, incluso pensé en dejarlo... pero ahora creo que no paro de pensar en cómo mejorar mi puntuación y evitar a esos martillazos infernales. Por cierto, ¿a alguien más le da la impresión de que su bola tiene más personalidad que su ex? Ya voy, ya voy, no me linchen, es solo que esta cosa tiene carisma y ritmo, como mixer de electrónica en fiesta de barrio.
En resumen, si buscas algo fresco, con esa mezcla de easy to learn, hard to master que tanto nos gusta, y además quieres reírte un buen rato mientras casi te mueres de nervios, Rollance es tu bola... digo, juego. En general, más entretenido que muchos títulos que te prometen mucho y entregan menos que WiFi en casa de abuela. Eso sí, cuida ese pulgar, que aquí la precisión manda, y los martillos no perdonan.