¿Alguna vez te has encontrado atrapado en una habitación y pensaste: “¡Ojalá tuviera un tutorial”? Pues en Red Escape la cosa es un poco más real y un poco menos amable. Aquí, tu única arma es el botón izquierdo del ratón y un cerebro que –esperemos– funcione mejor que el mío en lunes por la mañana.
El juego te lanza a una sucesión de habitaciones que parecen aburridas, pero ojo, que están llenitas de objetos que no están ahí de adorno. Tu misión, si decides aceptarla (y créeme, querrás hacerlo), es buscar todo lo que pueda ser útil, desde la esquina más polvorienta hasta ese mueble que parece no tener propósito... hasta que haces clic y ¡zas! solución a un acertijo que te hace sentir como el mismísimo Sherlock. O sea, casi.
La verdadera joya aquí es cómo tienes que combinar objetos y usar la lógica, no sólo ir clic-aquí-clic-allá. Recuerdo la primera vez que intenté resolver uno de los enigmas: pensé que se trataba solo de tentar suerte, pero no, el juego en serio mete ese toque de cabeza y paciencia. (Ojo, no es para los que se frustran rápido, las bromas vienen con el nivel de desafío.)
¿Y la interacción? Simple: todo lo haces con el botón izquierdo del ratón. Sencillo, pero efectivo. Nada de combinaciones de teclas como si estuvieras piloteando un avión; aquí es “clic en esto”, “clic en aquello” y a ver qué pasa. Fácil de entender, difícil de dominar. ¿Alguien dijo “adictivo”? Pues eso.
Así que si te gusta poner a prueba tu ingenio y tienes un amor/odio por esos momentos de “espera, ¿cómo diablos uso esto?”, Red Escape es para ti. ¿Quién dijo que escapar de una habitación tenía que ser aburrido? Spoiler: es más complicado de lo que parece, y por eso es genial. GG para mi paciencia (y para la tuya cuando lo juegues).