¿Alguna vez pensaste que jugar con la hierba, el fuego y las nubes podía ser tan satisfactorio? Pues en Patterns, te conviertes en la mente maestra detrás de unos patrones mágicos que ni tu profesor de arte pudo explicarte. La idea es simple: tienes que recrear estos diseños usando elementos naturales que vas colocando en tiles porque claro, poner cosas al azar es para los débiles.
La mecánica principal se basa en elegir un elemento y colocarlo en el lugar correcto. No es solo hacer click y ya, no señor, aquí cada elección cuenta, como cuando decides qué serie maratonear en Netflix y cada episodio es una ruleta rusa de “¿vale la pena esto?”. Cambiar de elemento se hace con un simple clic en su icono, y si te sientes creativo, también puedes cambiar la forma con otro clic sí, diseñador de patrones, a romper la rigidez del cuadrado, como si estiraras tu suéter favorito (pero sin que se deshaga en la batalla). Y hablando de estirar, en el Stretch Mode hay que arrastrar flechas para deformar esas formas, que es como si la geometría de tu clase de matemáticas hubiera decidido irse de vacaciones a la playa.
Para ser honesto, intentar dominar estos controles durante las primeras partidas fue como tratar de armar un mueble de IKEA sin instrucciones un caos total, pero extraño y satisfactorio a la vez. Además, descubrir el orden oculto de cada nivel es tan adictivo como darse cuenta de que el universo conspira para que siempre te falte solo un elemento para completar el patrón. ¿Quién diría que hacer puzzles tan minimalistas sería tan intenso? Y recuerda, no es solo un juego de colocar; es un juego de pensar, observar y sí, estirar ese cerebro igual que las formas. GG en construcción de patrones, colega.