¿Alguna vez soñaste con ser el emperador de un imperio felino? Pues en Mi hotel para gatos Purrfect eso y más está a un clic de distancia. Aquí no solo abres las puertas a cualquier felino: tienes una legión de mininos animados que parecen sacados de un caricatura súper tierna, listos para despilfarrar ternura por doquier. ¿La misión? Convertir tu hotel en el resort de ensueño para gatos con más estilo del mundo animal. Spoiler: no es tan fácil como parece, pero sí demasiado adorable para dejarlo pasar.
Lo que realmente engancha es la gestión del hotel con su abanico de detalles que van desde organizar las camas más mullidas hasta ofrecer snacks tan deliciosos que harían que cualquier humano estuviera celoso. Hagas lo que hagas, esos mininos van a tener necesidades: hay que prestar atención a sus caprichos felinos y asegurarte de que cada uno se vaya ronroneando de felicidad. Pero ojo, llevar la contabilidad de tanto ladrido... o en este caso, maullido, puede ser un reto: ¡tu sistema de interacción con los gatos es tan simple como un click (o un tap para los modernos), pero manejar tantos peluditos no siempre sale perfecto! (Yo intenté seguir el ritmo y terminé con un caos adorable digno de una sitcom).
Y si piensas que hacer feliz a un solo gato es complicado, imagina convertirte en el magnate de hoteles gatunos más popular del universo de los games. Tu estrategia de expansión vendrá con montones de decisiones: ¿más camas? ¿mejores juguetes? ¿Un spa para esas gatas glamurosas? Todo tiene su impacto en cómo los visitantes felinos y sus humanos valoran tu chulísimo hotel. Un dato curioso: hacer que un gato odie tu sofá puede ser tan rápido como un parpadeo, y entonces el rating baja más rápido que un FPS cuando entra un boss inesperado.
Por último, si alguna vez pensaste que un clic es poca cosa en un juego, prepárate para demostrar que la galería de gatos más cool del barrio puede ser tuya. ¿Quieres ser la estrella del mundo felino o solo quedarte acariciando gatos en casa? En Mi hotel para gatos Purrfect cada gatito cuenta y la diversión está garantizada. Ah, y recuerda: en este juego, como en la vida real, un buen ronroneo vale más que mil palabras.