¿Quieres sentirte como el súper héroe de los mininos sin salir del sofá? Pues Arena para gatos (o como los más chulos y en inglés dicen, Kitty Litter) es ese juegazo que no sabías que necesitabas. La premisa es sencillísima, pero ojotodo lo simple puede volverse una pesadilla difícil de dominar, ¿recuerdas aquella vez que intentaste apilar cartas y terminaron en desastre? Pues aquí es igual, pero con arena para gatos y mucha adrenalina de por medio.
El núcleo del juego es apilar pilas de arena difícilmente estables para que nuestro adorable gatito pueda saltar sin despeinarse. Solo necesitas un dedo listo y un timing de ninja: un tap para colocar la arena, otro para que el minino salte. ¿Fácil? Lo parecía hasta que descubrí que apilar rápido pero sin ser un pato mareado es la clave para evitar darte con la pared y empezar de nuevo (spoiler: luego de un par de crashs, tu teclado o móvil estarán sudando tanto como tú).
Además, cada nivel, de esos 18 tan coloridos y cuquis, está lleno de obstáculos que harán sudar a tu gatito con más gracia que un gato tratando de bajar de un estante alto (serio, ¿quién pensó en esto?). El truco está en armar pilas bien altas, como si estuvieras construyendo una torre de Jenga... solo que más bonita y con temática felina. Me animé a probar el modo infinito, y déjame decirte, la búsqueda del récord alto es casi tan adictiva como encontrar el punto exacto para que tu gato deje de estar en modo arrolla todo.
Y, claro, para los que aman lo estético, hay un montón de gatitos para desbloquear y hasta estilos diferentes de arena. Porque tu kitty no solo tiene que ser un crack trepando, sino también un fashionista del litter stack. Así que si tienes unos minutos y ganas de sentirte el rey o la reina de los saltos imposibles, dale una oportunidad a Arena para gatos. Pero ojo, que una vez empiezas, es difícil parar (y también querrás consolar a tu gordito después de esos topes épicos, lo sé por experiencia).