¿Quién iba a pensar que unir fichas podría ser tan adictivo? En Mahjong Connect Majong Class, el plan es sencillo pero no te dejes engañar: tienes que conectar dos fichas idénticas para eliminarlas del tablero. Sí, suena a paseo por el parque, pero espera a estar atrapado mirando esa última pareja imposible como si fuera el final de tu serie favorita.
La mecánica principal es como armar un rompecabezas en tiempo récord, solo que esta vez tus piezas son esas clásicas fichas de mahjong distribuidas por todo el tablero. Tu misión, si decides aceptarla, es enlazar dos fichas que sean iguales y que puedan conectarse mediante un camino con un máximo de tres curvas. Básicamente, es como jugar al teléfono descompuesto pero con fichas: si la conexión no es clara, no funciona. Y créeme, tener que buscar ese ángulo perfecto es una mini odisea que pondrá a prueba hasta al más paciente (yo intenté entenderlo y acabé con más giros que una serie dramática).
Lo mejor del juego es que el nivel de dificultad se adapta justo cuando empieza a parecer demasiado fácil o demasiado imposible. Esto significa que no te vas a quedar mirando el reloj esperando a que termine la ronda. Perfecto para esos ratos en los que tu cerebro solo quiere estar entretenido sin irse de vacaciones. Y hablando de eso, el sistema de selección y combinación de fichas hace que tu cerebro haga piruetas: tienes que ser rápido pero sin cometer errores tontos porque si conectas mal, no pasa nada, pero pierdes tiempo (y tiempo es oro, ¿no?).
Imagínate esta situación: estás a punto de mandar a paseo el teclado porque te falta una ficha y no la encuentras, pero en realidad solo tienes que girar la pantalla con la perspectiva de las conexiones y, voilà, problema resuelto. O como cuando crees que no puedes hacer más movimientos y de repente descubres un combo oculto digno de una película de espías. En definitiva, Mahjong Connect Majong Class es ese juego casual que se disfraza de simple, pero tiene ese toque de picardía que te hará volver una y otra vez.