¡Bienvenidos al enigmático mundo del Antiguo Egipto! ¿Te imaginas descubriendo los secretos de la Gran Pirámide de Giza mientras haces una partidita de mahjong? En Rompecabezas de Mahjong: Egipto, te sumerges en un viaje por niveles llenos de tiles que encajan como piezas de un rompecabezas en la mente de un faraón.
La idea es sencilla: encuentra pares de azulejos, resuelve los niveles y colecciona artefactos mientras te vuelves un experto en jeroglíficos y descubres por qué solo el faraón podía tener un gato. Sinceramente, eso me dejó pensando... ¿No era igual de fácil ser un gato en el Antiguo Egipto que ser un faraón? ¡Imagínate la vida de un gato! Comiendo uvas y durmiendo en las sombras de una pirámide. En fin, eso es otro tema.
Al principio pensaba que era solo un juego para pasar el rato, pero, ¡menuda sorpresa! La jugabilidad es tan relajante que te atrapa como un sarcófago. Cuando comencé, no podía dejar de pensar en los tesoros escondidos y los candados cósmicos que hacen que cada nivel sea un desafío. Terminé jugando con mis amigos y pronto se armó una competencia de quién descubría más secretos de la valle de Giza. ¿Listo para esto?
Recoger tesoros es como abrir la nevera en busca del último trozo de pizza fría: siempre hay una pequeña victoria que conseguir. Con cada baldosa que eliminas, sientes un escalofrío de satisfacción, como si desenterraras un antiguo misterio. Y los bonus que vas coleccionando son como esos trajes legendarios en los videojuegos: te hacen sentir que realmente estás avanzando en tu aventura.
El sonido de las tiles al hacer click es tan satisfactorio que dudo si el juego debería tener una advertencia: “¡No jugar a altas horas de la noche, podrías quedarte atrapado en un bucle de mahjong!” ...
En general, este título es una mezcla perfecta de diversión y cultura, ideal para quienes buscan relajar la mente. Así que si quieres pasar el rato mientras descubres cómo los antiguos egipcios construyeron sus maravillas, este juego está hecho para ti. Y quién sabe, tal vez encuentres una o dos piedras preciosas en el camino. ¡A jugar!