¿Quieres poner a prueba tus nervios y tu pulso sin perder la cafeína de la mañana? Getting Over It Unblocked es básicamente ese amigo sádico que nunca quiso soltarte el mando, solo que aquí eres tú el que está atrapado en una olla gigante, con un martillo como única arma para escalar una montaña de absurdas y frustrantes plataformas. Sí, suena a tortura medieval, pero oye, también es pura magia en movimiento.
Antes de que empieces a echarle la culpa al pobre hombre en la olla, déjame contarte de qué va la cosa: el juego te pone frente al reto de avanzar hacia arriba, ladera tras ladera, usando únicamente el martillo como herramienta de movimiento. No hay trucos ni atajos; la única forma de subir es aferrarte, balancearte y darle con todo al martillo para agarrarte de los rincones, piedras y hasta del aire si hace falta. Simplemente un sistema de movilidad brutalmente minimalista, que hace que cada salto mal calculado se sienta como si acabaras de perder tu partida de la vida (spoiler: casi siempre pasa).
Ah, y si te pensabas que con un par de plataformas bizarras ya estabas listo, espera: hay tres aventuras distintas que no solo alargan la distancia hasta el infinito y más allá, sino que también se las ingenian para poner plataformas huecas, espacios imposibles y retos que quieren ver cuántas veces tiras el teclado por la ventana (o al menos, ganas el premio al berrinche). Personalmente, intenté apuntar el martillo para agarrar un saliente, y terminé más desequilibrado que yo intentando bailar salsa después de dos cafés.
La gracia está en que este juego es pura tortura maravillosa; cada caída es un bofetón de realidad, pero también te motiva a seguir, como cuando intentas enseñarle a tu abuela a usar la tablet y terminas aprendiendo tú más paciencia. ¿Listo para descubrir lo que es el autodesafío en su estado más puro? Pues prepárate para minutos (o horas) de intentos, errores y, bueno, algún que otro GG para ti mismo. Eso sí, recuerda: en Getting Over It, la subida es tan importante como la caída… especialmente porque la caída está asegurada.