¿Quién dijo que las clases tenían que ser aburridas? En Trollear al Profesor, tú juegas al niño travieso definitivo, ese que siempre soñó con hacerle la vida imposible al maestro sin recibir la temida mirada que hiela el alma. Aquí no te quedas con las ganas: prepárate para soltar tus mejores bromas en pleno salón y ver cómo el pobre profe pasa de tranquilo a modo Hulk en cuestión de segundos. Spoiler: las reacciones son mejor que cualquier meme viral.
Lo más divertido (y también lo que más te hará querer lanzar el teclado al aire) es el sistema de armas de broma. Tienes un arsenal nada convencional que va desde los clásicos aviones de papel, pasando por huevos podridos – sí, leíste bien, ¡huevos podridos! – hasta dardos y más. Cada broma tiene sus stats, como si fuera un juego RPG, porque no todas las bromas son creadas iguales. Hay que elegir bien; no quieres descubrir que el huevo podrido es más flop que éxito justo cuando tienes la atención del profesor. ¿Buff o nerf? Eso depende de ti y de tu timing, claro.
Pero ojo, no es lanzar y listo. La gracia está en el sistema de reacciones del profesor, que va subiendo de nivel de fastidio. Empiezas con pequeñas sonrisitas incómodas, luego paso a la clásica cara de en serio, ¿otra vez tú?, y si tienes mala suerte —o buena, si te gusta el drama— terminas con una rabieta que parece sacada de una telenovela. Es como jugar a provocar, pero con emoción progresiva: cada broma aumenta la tensión y la diversión, porque el prota nunca reacciona igual. Iba todo tan bien hasta que intenté la broma maestra y... bueno, digamos que el profe no tuvo piedad (y mis notas tampoco).
Así que si siempre quisiste ser el héroe anónimo del aula (o la peste del salón, dependiendo del día), Trollear al Profesor es tu campo de batalla. Solo recuerda: la clave está en la estrategia, el timing... y en no dejar evidencia para cuando la venganza del profe caiga. ¿Listo para ser el alumno más temido del colegio? GG, maestro, esta partida es nuestra.