Vale, hablemos de Sprunki Memory Match: Monster Hunt Quest, ese jueguito que a primera vista parece simple pero que te hace sudar la gota gorda. Básicamente, aquí te ponen frente a un tablero lleno de monstruitos Sprunki, esos bichitos adorables que, te juro, parecen sacados de un meme rave de Twitch. ¿La misión? Agudizar ese donox llamado memoria para encontrar las parejas escondidas. Sí, como cuando olvidas dónde dejaste las llaves pero esto es con monstruos y con límite de pasos. Un poco más emocionante, ¿no?
Al principio pensé: Uh, esto va a ser un simulador de emparejamiento aburrido, pero pronto me di cuenta de que la cosa tenía truco. No es solo recordar dónde están los monstruos iguales, es que tienes que andar con ojo porque el tiempo y, sobre todo, los pasos limitados te juegan en contra. Cada movimiento cuenta, como en ajedrez pero sin las melenas de Messi. Eso te hace pensar rápido y planear dos jugadas adelante. Y, vale, confieso que me quemé neuronas, y más de una vez dije ¿Pero qué hice con mi vida?, porque puede ser frustrante pero al mismo tiempo ultra adictivo.
Lo más loco fue cuando, en una partida online con un colega (que por cierto es más tramposillo que un streamer con hacks), casi le gano gracias a mis habilidades de memoria a prueba de olvidos post-concierto. Te hace sentir como detective, y el nivel de tensión es real; incluso siento que mi cabeza explotaba cuando veía que el reloj corría y yo sin encontrar pareja. En serio, esos sonidos y efectos minimalistas ayudan a concentrarte, aunque la verdad a veces me parecían un poco repetitivos, ¿pero quién soy yo para quejarme? En general, es un juego que combina nostalgia de los memory clásicos con una pizca de adrenalina que te pone los pelos de punta.
Si te van las cosas que requieren agilidad mental y no te asustan los retos con límite (tipo Fortnite pero offline y sin construcciones), este juego es para ti. Eso sí, no te creas el pro inmediatamente, porque en Sprunki Memory Match la memoria es traicionera y el tiempo no espera. En resumidas cuentas, un juegazo para matar el rato y entrenar ese coco olvidadizo. ¿Listo para convertirte en el mejor cazador de monstruos Sprunki? Yo, sinceramente, ya estoy viciado, y eso que... bueno, ya sabes cómo se pone esta vaina.