15

Agente Cero: Infiltración

0/5(votos: 0)📅2025 Apr 18
Agente Cero: Infiltración

Vale, imagínate que eres Agente Cero, ese tipo con pinta de misterioso que aparece en todas las pelis de espías pero sin el glamour de Hollywood (porque, seamos honestos, nadie se ve bien corriendo con traje apretado)... Pues este juego, Agente Cero: Infiltración, te pone justo en sus zapatos – los de sigilo, claro, no los de tacón.

La movida aquí es fresca: tienes que infiltrar bases enemigas sin que te pillen ni para un ¡Ey, agente, qué haces ahí!. O sea, nada de pegar tiros a lo loco, que aquí la jugada es agacharte, esconderte tras cajas, y darle bien a la cabeza (literalmente) con tus movimientos ultra tácticos. Al principio pensé que era un aburrimiento de esos de pasillo eterno, pero mi primo me retó y, ¡boom!, me enganché nivel no salgo hasta pasarlo.

Lo que más mola es la mezcla entre estrategia y acción, como si fueras un ninja con pistola (bueno, más bien un ninja con pistola súper mortal). Tienes que recopilar información top secret, eliminar amenazas con estilo y, sobre todo, ser más rápido y listo que esos guardias que parecen tener radares para detectar sombra sospechosa. Y todo eso sin montarte una película propia de tiros y explosiones… aunque, ojo, si te descubren, las cosas se ponen feas – y coral, como diría Shrek.

En serio, a mí me pasó que una vez me metí tan profundo en un escondite que casi me olvido de respirar. Y luego esa sensación de ¡Le he ganado al sistema! cuando logras salir con la misión completada... ¡una pasada! Es el juego ideal para los que les gusta pensar más de dos segundos antes de apretar el gatillo y también para los que disfrutan hacerse pasar por agentes secretos, aunque solo sea desde el sofá (sin necesidad de gabardina ni gafas de sol ridículas).

Así que ya sabes, si quieres sentirte como un espía matando el aburrimiento a golpes de sigilo extremo y tiros bien puestos, Agente Cero: Infiltración te está esperando. Aunque, ojo, el juego no es para los que se frustran fácil, porque aquí la paciencia vale oro... o mejor dicho, vale “misión cumplida”. ¿Quién dijo que ser invisible no es divertido?