¿Quién hubiera pensado que apretar bloques podría ser tan adictivo? En Puzzle Lab, la idea es simple, pero no de esos juegos que terminas aburrido en cinco segundos: tienes que tocar dos o más bloques conectados para despejarlos. Parece fácil, hasta que empiezas a dejar bloques sueltos y ¡boom! Pierdes vida. Sí, aquí no te regalan nada, si dejas bloques por ahí amontonados, tu barra de vida se va más rápido que tu paciencia en lunes por la mañana.
Ahora, la mecánica del uso de bombas especiales le pone la guinda al pastel. Las bombas no están ahí solo para decorar, las tienes que tocar para activarlas y limpiar grandes áreas de bloques. Pero ojo, ¡no te confíes! Usarlas en el momento justo puede ser la diferencia entre un GG y un bueno, al menos lo intenté.
Este juego transforma el gesto de picar en algo casi artístico, porque no puedes simplemente ir dando toques al azar. Hay que pensar bien cuáles bloques conviene eliminar primero para que no te dejen en rojo (o peor). Es como tratar de organizar un rompecabezas que está en constante cambio, manteniendo la vida arriba mientras sientes ese dulce placerde encadenar combos. Yo intenté dominar la técnica, y terminé con una estrategia de bombazos cual DJ en concierto caótico — spoiler: no fue tan elegante como suena.
En resumen, Puzzle Lab es uno de esos juegos que te enganchan por la simple estrategia detrás del papel de toca y limpia. ¿Quién iba a decir que apretar bloques podía ser casi un deporte de alto riesgo? Prepárate para esos momentos de ¿por qué dejé ese bloque ahí? y para sentir que tu vida depende, literalmente, de que tengas buen ojo y reflejos rápidos. Perfecto para esos ratos en los que solo quieres un combo rápido (y no un drama existencial).