¿Te imaginas ser el rey o la reina de la cocina sin salir de tu sofá? Pues en Cooking Cafe Food Chef eso y más es posible, aunque prepárate porque aquí el reloj es más implacable que tu suegra cuando no le gusta la cena. La mecánica principal gira en torno a tu alma de chef multitarea: tomar pedidos, cocinar platos que parecerían sacados de un programa de cocina gourmet (o al menos intentarlo), y servirlos antes de que el cliente pierda la paciencia o, peor aún, se levante y se vaya. Spoiler: eso duele más que un plato quemado.
La gracia está en ese delicioso caos del time management. Vas de un lado a otro como si tuvieras jets en los pies, clickeando aquí y allá para preparar ingredientes, montar platos, y atender a clientes que, entre un pedido y otro, te miran con ojos de “¿y esa comida qué?” Por cierto, la interfaz parece sencilla, pero intenta mantener la calma cuando explotan varios pedidos simultáneos y tú sientes que tus dedos tienen más TPS que un gamer en raid. I tried to get the cooking combos down, and ended up con un desastre culinario digno de MasterChef, para qué negarlo.
No es sólo una carrera contra el tiempo: la progresión en diferentes locales le da sabor a la cosa. Desde un sencillo café hasta restaurantes que quitan el aliento (y el hambre), desbloqueas lugares que cambian un poco el mapa y te obligan a agarrar la batuta del mando-cuchara con estilo. ¿Tu misión? Mantener satisfechos a los clientes, porque como en la vida real, un pollo quemado o un café frío son pistas seguras para un GG en tu puntuación. Por cierto, el desafío semanal y las misiones especiales son el toque picante que hace que vuelvas por más, como ese café que nunca es suficiente.
¿Quién hubiera dicho que servir comida podría ser tan intenso? Y si creías que es solo apretar botones, prepárate para maniobrar entre ingredientes con la velocidad de un ninja cocinero y la paciencia de un monje zen (spoiler: es difícil). En resumen, Cooking Cafe Food Chef es ese juego donde ganas experiencia por ser multitasking nivel pro, con la adrenalina de una cocina real pero sin el riesgo de quemarte la mano. Ahora, ¿me acompañas a preparar unos hot cakes virtuales o qué?