Vale, hablemos de Block Combo Blast, ese jueguito que a primera vista parece el clásico rompecabezas de bloques, pero que te atrapa como adicto a las notificaciones del móvil. Básicamente, tienes que arrastrar y soltar fichas para llenar filas o columnas (sí, el viejo truco que nunca pasa de moda), y ya con eso empiezas a hacer combos que te suben en el ranking global. Más de 1800 niveles para que puedas decir que sinceramente, he dominado el bloqueo.
¿Sabes esa sensación cuando estás tan concentrado que hasta los sonidos tranquilitos casi te llevan a meditar? Eso pasa aquí. Los efectos son tan suaves, que mientras estresado de la vida, aquí tus sentidos se calman... total, a menos que la ansiedad por alcanzar el top 1 te dé un mini-infarto. Por cierto, al principio pensé que esto sería otro juego de romper bloques más, pero la verdad, las combinaciones y la necesidad de estrategia rápida le dan un toque que ni el último stream de Ibai con partidas random me logró transmitir.
Y ojo, que el juego no es para flojos: solo tienes tres fichas en mano para colocar, y si ninguna encaja en el grid, pues adiós partida, fin del drama. Nunca me cansaré de perder en el momento justo y tirarme mil insultos con los colegas en el chat mientras peleamos el puesto, porque sí, jugar con otros o solo, da igual, la batalla está servida. Me recuerda un poco a esos clásicos tipo Tetris pero con joyitas y visuals que no te dejarán dormir, en serio, el brillo de las piezas es casi un hechizo.
En general, si buscabas un pasatiempo que entrenara tu cerebro sin acabar frustrado, o simplemente un juego para excusarte de las reuniones familiares (porque “es que tengo que subir en la tabla global, ya sabes”), Block Combo Blast es tu opción. Con cada nivel superado siento ese subidón que me haría cuestionar mi vida, pero bueno, al menos aquí la pierde uno por gusto y no por un mal combo en Fortnite.